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Cómo afecta la fatiga en los equipos de emergencias

Durante estos años de actividad profesional, vengo observando un denominador común que se repite entre el personal de emergencias.

La fatiga física y mental a la que estamos sometidos durante nuestras guardias, nos hace cada día más vulnerables.

El aumento de respuestas hostiles por parte de pacientes, su entorno familiar y de los propios ciudadanos, ya forma parte de la normalidad.

Pero, ¿qué podemos hacer desde nuestra posición?

No puedo dar una respuesta concreta, pero lo que sí puedo hacer, es una reflexión en voz alta.

La fatiga mata.

Tenemos que incidir en la importancia del descanso, la salud mental y el buen clima laboral.

Los turnos nocturnos, afectan notablemente a nuestros ritmos circadianos.

Una buena higiene del sueño es fundamental para mantener en un estado óptimo, nuestra salud física y psíquica. Que a su vez, nos ayudará a desarrollar nuestro trabajo con eficiencia y seguridad.

Trabajar en emergencias, requiere mantenernos en un estado permanente de alerta. Ya no sólo en referencia al periodo previo a la activación, sino durante la misma intervención.

Nunca se desconecta del todo (o al menos así debería ser para mantener unos mínimos de seguridad)

Un profesional agotado mentalmente, cansado, con sueño… es un peligro para él mismo y para el resto.

A veces reconocer esa línea que marca la diferencia entre normalidad, y riesgo de sufrir un incidente grave a causa de la fatiga, no es tarea fácil.

Los problemas que pueden surgir, ya no sólo pueden presentarse en forma de accidente, agresión, o enfermedad. Sino en la toma de decisiones críticas, y/0 acciones claves para la resolución del incidente al que estamos respondiendo en ese momento.

Mi conclusión como profesional de emergencias, extrapolable a cualquier Servicio, es clara.

Debe ser nuestra responsabilidad y prioridad, mantenernos física y mentalmente estables.

Por supuesto que damos por hecho que no todo depende de nosotros. Pero lo que si tengo claro, es que no podemos obviar lo que detectemos que esté mal, o pueda mejorarse desde nuestra posición.

Empecemos por cada uno, ayudemos al compañero que lo necesite, y sobre todo, hagamos lo necesario para cambiar las cosas.

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