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La visión en túnel durante una intervención

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Una de las primeras pautas que se enseñan en cualquier formación para emergencias, es evitar entrar en la conocida visión en túnel. Cosa difícil a veces, debido a lo imprevisible que puede llegar a ser el escenario de una emergencia, sus actores o los elementos que lo forman.

Si estás leyendo este artículo, posiblemente has vivido en alguna ocasión, la sensación de focalizar en lo llamativo de la escena, y dejar pasar los detalles. Que a su vez, hacemos invisibles por dejarlos en un segundo plano al centrarnos en lo primero que nos encontramos.

Cuando las cosas salen bien, normalmente no damos importancia a la actuación durante la intervención, pensando que hemos hecho las cosas correctamente y no tenían porqué salir mal.

Pero es ahora cuando te voy a dar la mala noticia que la visión en túnel puede ponernos en un grave peligro, a nosotros como personal de emergencias, a terceros y/o al propio demandante de la ayuda.

En estos años de actividad profesional, he vivido muchas situaciones en las que inevitablemente, por ese afán de querer atender lo antes posible a la víctima, no ves más allá. Pensando que después podrás ir resolviendo sobre la marcha, todo lo que vaya sucediendo alrededor del foco de esa intervención.

Pensar así es un error. La seguridad debe primar sobre cualquier cosa, siempre que realicemos una actuación. Pero como recalco en otros artículos o en mis RRSS, el concepto de intervenir de forma segura, debe ser un pilar fundamental en nuestro trabajo, y en el día a día fuera del mismo.

Hoy quiero compartir lo sucedido durante una intervención real que me hizo pensar mucho. De hecho, revisamos los detalles de lo sucedido en el posterior debriefing con mi equipo, y la dotación policial que intervino con nosotros.

El aviso nos lo pasa policía desde un domicilio, por una mujer joven con un supuesto estado mental alterado, que precisa valoración médica.

De camino al incidente, revisamos historial médico de la paciente.

Al llegar a la calle indicada, nos recibe una persona en la misma vía pública, muy nervioso y señalando de manera insistente el portal para acceder al edificio.

Mientras cogemos el material y desde la posición de nuestro vehículo, somos capaces de observar a un policía, que se encuentra en la terraza del domicilio.

Subimos las escaleras y nos reciben cuatro compañeros policías, que nos explican lo que se han encontrado a su llegada.

He de indicar, que el aviso también para ellos, era confuso y la información no era clara de lo que previamente había sucedido.

Nos entrevistamos con la paciente, y sorprendentemente, mantenía un discurso coherente en todo momento.

Finalmente somos capaces de recabar toda la información necesaria para llegar a la conclusión, que realmente nuestra paciente no tenía un problema mental, sino que había sido víctima de una agresión.

Recordáis a la persona que nos recibía nada más llegar, ¿verdad?…

Ese individuo era el agresor.

La conducta PAS no debe utilizarse sólo para algunos escenarios. Debe aplicarse para TODOS los casos:

La abuelita con disnea podría estar haciendo la comida cuando pidió ayuda y no ha quitado del fuego la cacerola…

Una persona con dolor torácico puede tener un animal en una habitación, que en cualquier momento, puede atacar al equipo…

Un familiar muy callado que observa nuestra actuación con actitud desafiante, y condiciona con la mirada las respuestas que nos da el paciente durante la anamnesis, puede hacernos sospechar…

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En definitiva, como todo en la vida, debemos acostumbrarnos a hacernos una visión global de lo que nos rodea, y no centrar nuestra atención en lo que tenemos delante.

Durante todas nuestras intervenciones, un miembro del equipo, deberá adquirir el rol de seguridad, y alertar al resto ante cualquier peligro.

Tener mucho cuidado ahí fuera.

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Formación para adquirir conocimiento o formación para engordar el CV

Es curioso el clima que se respira constantemente entre compañeros de emergencias, respecto a la ausencia de formación específica.

Nos quejamos por todo, pedimos lo que no tenemos, y cuando nos lo facilitan, no sabemos aprovecharlo.

No cabe duda que la problemática particular en cuanto a formación de calidad para los equipos de emergencia, es un tema delicado, complejo, y con un trasfondo que escapa a nuestro control.

Muchas empresas del sector privado, incluso algunos Servicios dependientes de la Administración Pública, no facilitan la oferta adecuada para sus profesionales, ni los medios efectivos para formarse con calidad.

Pero dejando de lado esta realidad, considero que este es un tema extrapolable a prácticamente cualquier colectivo profesional.

Cuando sólo se ofertan cursos en modalidad online, demandamos presenciales. Si disponemos de estos últimos, echamos de menos la «comodidad» de hacerlos desde casa y a ser posible, que nos pasen las respuestas de los cuestionarios de autoevaluación, otros compañeros que ya los realizaron previamente.

El tema preocupante, es que la mayoría del colectivo, tiene como único objetivo, acumular gran cantidad de formación (sin importar los conocimientos adquiridos) para sumar puntos en Bolsas de contratación Pública.

Ah, por supuesto si no están «acreditados», ni se me pasa por la cabeza gastarme el dinero. Es decir, priman los puntos y no los conocimientos reales adquiridos.

Para mi es un hecho latente que demuestra la mediocridad de muchos y además que nos perjudica a quienes queremos hacer las cosas bien.

Un ejemplo claro de esta práctica, es cuando observamos cómo «nos adelantan por la derecha» cientos y cientos de compañeros en las listas, con cursos baremados de muy dudosa evidencia: contenido multimedia con un control de la escena penosa, collarines colocados al revés, mascarillas invertidas sellando la zona de nariz en mentón…

Pero lo más grave (sólo un ejemplo personal) es cuando reclamas al Centro Formativo y te contestan reconociendo que tienen que modificar las recomendaciones de la ERC 2015 (en un curso realizado en 2022).

¿Por qué estas formaciones no se revisan desde los Organismos competentes? ¿Por qué cuando reclamamos a estas Sociedades y Organismos te instan a denunciar a modo particular? ¿Qué intereses hay detrás?

En definitiva, el profesional con un interés real de aprender, crecer y mejorar habilidades en su campo, debe ser capaz de moverse y encontrar lo que más se adecue a las características particulares de su actividad.

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Cómo afecta la fatiga en los equipos de emergencias

Durante estos años de actividad profesional, vengo observando un denominador común que se repite entre el personal de emergencias.

La fatiga física y mental a la que estamos sometidos durante nuestras guardias, nos hace cada día más vulnerables.

El aumento de respuestas hostiles por parte de pacientes, su entorno familiar y de los propios ciudadanos, ya forma parte de la normalidad.

Pero, ¿qué podemos hacer desde nuestra posición?

No puedo dar una respuesta concreta, pero lo que sí puedo hacer, es una reflexión en voz alta.

La fatiga mata.

Tenemos que incidir en la importancia del descanso, la salud mental y el buen clima laboral.

Los turnos nocturnos, afectan notablemente a nuestros ritmos circadianos.

Una buena higiene del sueño es fundamental para mantener en un estado óptimo, nuestra salud física y psíquica. Que a su vez, nos ayudará a desarrollar nuestro trabajo con eficiencia y seguridad.

Trabajar en emergencias, requiere mantenernos en un estado permanente de alerta. Ya no sólo en referencia al periodo previo a la activación, sino durante la misma intervención.

Nunca se desconecta del todo (o al menos así debería ser para mantener unos mínimos de seguridad)

Un profesional agotado mentalmente, cansado, con sueño… es un peligro para él mismo y para el resto.

A veces reconocer esa línea que marca la diferencia entre normalidad, y riesgo de sufrir un incidente grave a causa de la fatiga, no es tarea fácil.

Los problemas que pueden surgir, ya no sólo pueden presentarse en forma de accidente, agresión, o enfermedad. Sino en la toma de decisiones críticas, y/0 acciones claves para la resolución del incidente al que estamos respondiendo en ese momento.

Mi conclusión como profesional de emergencias, extrapolable a cualquier Servicio, es clara.

Debe ser nuestra responsabilidad y prioridad, mantenernos física y mentalmente estables.

Por supuesto que damos por hecho que no todo depende de nosotros. Pero lo que si tengo claro, es que no podemos obviar lo que detectemos que esté mal, o pueda mejorarse desde nuestra posición.

Empecemos por cada uno, ayudemos al compañero que lo necesite, y sobre todo, hagamos lo necesario para cambiar las cosas.

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Uso de casco en los SEM

¿El casco en ambulancias es necesario?

Tema recurrente que sale siempre a debate entre los partidarios y detractores de su uso.

En este artículo voy a tratar este tema de seguridad tan importante, desde el prisma práctico y no técnico. Es decir, omitiremos el R.D. 1407/1992 de 20 de noviembre, sobre diseño y fabricación de EPIS. Así como la Directiva 89/656/CEE de 30 de noviembre, transpuesta al Derecho Interno español por el R. D. 773/1997, de 30 de mayo (BOE de 12 de junio)

Una vez dicho esto, ¿el casco en los SEM es realmente necesario?

Siempre desde la experiencia personal, la evidencia científica y sobre todo, según los datos anuales de lesiones graves y fallecimientos en accidentes laborales, mi respuesta es un SI rotundo.

En un artículo que publiqué sobre pacientes traumáticos en entorno laboral, en el año 2020, hubo 111.696 golpes contra objetos inmóviles, 65.316 contra objetos móviles y 43.309 con objetos cortantes, punzantes o duros.

Paciente traumático, accidente en entorno laboral y datos de mortalidad

Eres sanitario no bombero

Un sanitario trabajando en extrahospitalaria, tiene unos riesgos añadidos que en otras circunstancias, no se darían en el desempeño de su trabajo ordinario. Así como un bombero, el nivel de protección de sus EPI, debe ser muy superior al de un sanitario, por motivos obvios.

Pero volviendo a la típica frase que tenemos que escuchar continuamente, antes tendríamos que poner en situación a los detractores y/o escépticos.

¿Qué hacemos los SEM en escenarios con riesgo de impactos en la cabeza?

En intervenciones HEMS siendo tripulante o formando parte de la dotación en tierra, corremos riesgo de proyección de objetos y materiales del entorno.

La actividad que desarrollamos en los SEM Servicios de Emergencias Médicas, en la mayoría de las ocasiones, se realizan bajo unas condiciones de riesgo muy alto.

Dentro de nuestros protocolos y procedimientos de actuación, tenemos clara la premisa de NO actuar si la escena es peligrosa.

¿Pero qué escenario es seguro al 100% en un entorno que por las circunstancias externas (tráfico, inclemencias del tiempo, baja visibilidad, terreno irregular, humo, materiales inestables), pueden dar paso a un cambio drástico en las condiciones iniciales de falsa seguridad en nuestra intervención?

¿Cuándo me pongo el casco?

En cada SEM tenemos unos procedimientos específicos que nos indican cuándo y en qué circunstancias debemos hacer uso del EPI correspondiente.

El sentido común en este caso no es válido en la mayoría de las ocasiones. Así que a continuación voy a enumerar unos casos donde utilizamos (o deberíamos) el casco durante toda la intervención.

En intervenciones conjuntas con bomberos el equipo sanitario debería llevarlo puesto.

Cualquier intervención conjunta con bomberos, el SEM que esté interviniendo, debería llevar puesto casco y chaqueta de intervención. Nunca manga corta.

En los accidentes de tráfico, el uso del casco tanto dentro del vehículo como fuera.

En los accidentes de tráfico, por suerte, cada vez se generaliza más el uso del casco. Pero aquí viene la controversia de siempre. Para algunos, debe utilizarse sólo dentro del vehículo. No cuentan en las posibles atenciones posteriores a otros heridos en el mismo o en otros vehículos implicados. Eso sin mencionar los daños a estructuras del entorno que pueden desprenderse, por ejemplo.

En espacios confinados, los SEM también podemos intervenir junto con bomberos.

Los espacios confinados son escenarios con un gran riesgo de impactos en la cabeza, entre otros. Por supuesto, siempre EPI completo con guantes de trabajo o seguridad, puestos encima de los de nitrilo.

Otros escenarios

Entornos naturales, como puede ser la atención a escaladores, esquiadores, espeleólogos, etc.

Accidentes laborales.

Inclemencias atmosféricas severas.

Terremotos, zonas de actividad volcánica.

Atentados terroristas.

Escenarios con intervención HEMS

Conclusiones

¿Has visto alguna vez a un bombero entrar a fuego en manga corta porque estamos en verano?… entonces, ¿por qué no nos equipamos correctamente los SEM cuando formamos parte del mismo escenario?

No sólo el fuego durante un incendio, es la causa de posible daño a los SEM (más que nada porque nunca vamos a entrar en contacto directo). Pero la caída de material por fachada mientras nos sacan a una víctima sí lo es.

En definitiva, el casco es un elemento de seguridad imprescindible en nuestra profesión. Dejemos de ver el riesgo como algo poco probable y de esta manera, minimizaremos los posibles daños que puedan producirse.